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¿COMO SERAN LAS OFICINAS DEL FUTURO? - Instituto de Gestión del Cambio
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¿COMO SERAN LAS OFICINAS DEL FUTURO?

Últimamente asistí a unas webinars, donde un grupo de urbanistas y arquitectos debatían, a raíz de los cambios importantes que están ocurriendo tras la pandemia y la consecuente explosión del Teletrabajo, de cómo serían las oficinas del futuro.
En la reflexión de estos arquitectos, la oficina de mañana coloca el bienestar de los trabajadores en el centro de sus preocupaciones. Diseñar un espacio de trabajo no es ya una cuestión de metros cuadrados, ni de cambiar las clásicas oficinas en open-spaces. Se trata de un auténtico reto de management. En un estudio sobre el Teletrabajo que iMm ha realizado últimamente, uno de los entrevistados afirmaba que la oficina del futuro se asemejaría más a un centro de ocio que a un centro administrativo.
En primer lugar, las oficinas se adaptarían a la multifunción gracias a los espacios modulables. El trabajo no debe ser ya pensado como un todo, sino como una multitud de actividades que los diseñadores y los space-planners deben integrar en sus proyectos. En el transcurso de un solo día, un empleado va entrevistar a un cliente, intercambiar ideas con un compañero, participar a una sesión creativa, redactar un entregable…

A todas estas actividades corresponden espacios diferentes. Es en este espíritu que Alfonso Femia ha diseñado su gama de muebles “Cubo Mágico 240”. Este cubículo de 2,40 metros de lado cuando está cerrado, se transforma, cuando se despliega, en un espacio de reunión, una sala de videoconferencias o un centro de coworking que puede acoger hasta 14 puestos de trabajo.
De esta manera, vemos que la función de los espacios evoluciona a lo largo del día: un rinconcito arreglado en un pasillo, se torna locutorio telefónico el tiempo de una llamada confidencial, el despacho del director se vuelve sala de creatividad cuando el titular se ausenta, el restaurante de empresa se utiliza como auditorio, la cafetería se transmuta en espacio de coworking, porque como bien es sabido, la mayoría de las mejores ideas nacen en la cafetería o alrededor de la máquina de café.
La idea central consiste en crear las condiciones del nomadismo interno, destacando y valorizando hasta los pasillos y el hueco de la escalera. Parece ser que el espacio proporciona mayor libertad a los empleados y que las empresas deben facilitar que sus colaboradores se apropien de los sitios.
Otra idea es que parte los espacios de trabajo den a sus utilizadores la sensación de “estar como en casa”, a través de colores cálidos y de largas mesas con sus bancos de madera, donde los empleados pueden conversar, interactuar, hablar de sus proyectos, imaginar su futuro o debatir de una estrategia… (Es curioso observar que en los barrios más dinámicos de las ciudades, es tendencia que los restaurantes estén instalando esas mesas largas con bancos, donde comensales desconocidos comparten mesa y mantel).
Hay testimonios que vaticinan que, a través de estas transformaciones espaciales, las formas de liderazgo pueden llegar a cambiar, pasando de directivo a coach a medida que los empleados se van instalando dónde quieren para trabajar. Claro está que los responsables no pueden dejarse desbordar por tanta libertad y tienen que seguir implicando a sus equipos en a consecución de los objetivos, pero esto mismo les obliga a elaborar nuevos métodos y hábitos para conseguirlo.
Los debates y publicaciones se están multiplicando sobre este tema. Hay cantidad de ideas e iniciativas que circulan y solo evocamos aquí algunas de ellas. Otra tendencia importante es, por ejemplo, la afición creciente por los espacios de coworking, a tal punto que se están instalando en el interior mismo de las organizaciones. Es más: en algunos países europeos (Francia, Holanda…) personas particulares ofrecen espacios de coworking en su casa, en su salón o en una habitación desocupada, con balcón y acceso a la cocina. Existe una plataforma, OfficeRiders, que retoma el modelo exitoso de los Airbnb para ofrecer estos espacios a autónomos, trabajadores nómadas, o a pequeñas empresas que ven en esos espacios una alternativa para canalizar las energías y fomentar la tranquilidad y la inspiración.

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