30 Abr EL CORAJE: EL VALOR EMPRESARIAL ETICO DEL FUTURO
EL CORAJE: EL VALOR EMPRESARIAL ETICO DEL FUTURO
En uno de sus libros, W Bennis afirma que “los líderes son responsables de la efectividad de las organizaciones“. Cada vez más, el clima económico actual demuestra que la incertidumbre forma parte de la ecuación organizacional.
La experiencia del mundo empresarial nos lleva a la conclusión de que los directivos solo suelen tomar decisiones si pueden ofrecer resultados a corto plazo. Parece como si esperaran que el mercado o una crisis se estabilizara y tuvieran una mejor idea de la situación antes de lanzarse al riesgo de una decisión de futuro atrevida lo cual, obviamente, no deja de tener consecuencias desastrosas sobre la estrategia, el desempeño y el pasillo del cliente externo e interno.
Resulta también que si la alta dirección se muestra indecisa y precavida, retrasando la toma de decisiones, lo mismo ocurrirá con el resto de la organización, porque la gente tiende a alinearse con sus líderes y a imitarlos.
Sin embargo una organización se renueva a través de sus proyectos e iniciativas, como lanzar nuevos y mejores servicios y mejorar sus estrategias, procesos y estándares de desempeño…. Los proyectos son esenciales para garantizar la supervivencia de cualquier organismo.
Desafortunadamente, la inestabilidad actual del mercado está causando que los managers quieran que sus proyectos sean rentables demasiado rápido, en menos de un año, “¿Por qué deberíamos invertir recursos en un proyecto que solo tendrá un impacto en tres años?” Y, por otra parte, que proyectos con gran potencial se cancelen para asignar recursos a proyectos existentes que son rentables pero sin futuro. Esta visión corto-placista necesita por tanto una transformación, un cambio de paradigma orientado a una visión más estructural y de futuro, tal como lo demanda la transformación digital.
“La Gestión del cambio es ahora el elemento diferenciador entre el éxito y el fracaso de un proyecto”. (Amanda Palazon)
Esto nos lleva a afirmar que si no se fomentan valores como el Coraje, la Valentía, la Honestidad, la Integridad y la Toma de riesgos, primero en los managers y luego en toda la organización, difícilmente habrá desarrollo de proyectos innovadores capaces de afrontar los retos del futuro.
“Solo puedes crear un buen futuro creando un buen presente” (Echart Tolle)
A la luz de todo esto, una pregunta viene inevitablemente en mente: ¿Qué hacer?
¡TODOS NECESITAMOS CORAJE!
Los directivos y los profesionales deben actuar con valentía y fuerza interior para tener un impacto positivo. Ellos tienen licencia para lanzarse, probar y promover cosas nuevas y tienen que usar este privilegio (es curioso que en Francia, a los grandes emprendedores míticos, se les llame “Caballeros de Industria”, retomando para designarles un término épico de caballería medieval). A la vez, cada colaborador debe ayudar a encontrar soluciones en lugar de esperar a que la alta dirección lo haga.
Pero a todo esto, ¿Qué es el Coraje?
Desde Platon y en la mayoría de las civilizaciones, el Coraje (palabra derivada de “corazón”), se considera como una de las cuatro grandes virtudes cardinales: es la virtud que permite emprender cosas audaces y difíciles, enfrentándose al peligro y al miedo. El coraje autentico requiere pues la existencia del miedo, así como su superación por la acción.
El ex alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, decía que la valentía era la cualidad más importante del liderazgo, y que “era imposible vivir sin tomar riesgos y esperar conseguir un gran éxito.”.
Hay dos maneras de desarrollar el coraje para un profesional: dando lo mejor de sí mismo en lo que se hace y haciendo que su desarrollo sea constante y adecuado. Y, por otra parte, creando y manteniendo una red efectiva dentro y fuera de la organización. Estos dos conceptos permiten crear oportunidades y, a la vez, desarrollar habilidades.
Cierto es que esto requiere mucho esfuerzo personal, pero es ineludible:
“El que gestiona el cambio es el que cosecha éxitos” (Amanda Palazón)
“En nuestro mundo de incertidumbre, si no está listo para avanzar con determinación hacia la consecución de sus objetivos y a invertir en su futuro, no habrá viento que lo lleve…. Las personas que estén dispuestas a liderar y a invertir serán los grandes ganadores del futuro. (J. Immelt de General Electric)
Carmen Caillot
Directora del Conocimiento
Instituto MM de la Gestión del Cambio
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