26 Ene ¿Porqué en IMm el Teatro es parte integrante de nuestras Formaciones?

Muchos motivos avalan esta apuesta del Teatro que hicímos desde el inicio de nuestra actividad en el mundo de la Gestión del Cambio. A nosotros nos apasiona, ya lo saben quienes nos conocen, “divertirnos es serio” y la experiencia nos ha demostrado con creces, que a los participantes de nuestras formaciones también.

Con frecuencia la obligación de asistir a una formación o capacitación es una obligación más o menos tediosa, a la que muchos se prestan con cierta resignación. En cambio cuando nosotros
abrimos una propuesta formativa , aunque sea de carácter opcional, el cupo se llena de inmediato.

Y es que, con el Teatro, el reto difícil de captar la atención esta asegurado porque el Teatro ilusiona y motiva a todos, no es por nada que en muchas lenguas “Jugar” y “Actuar” sean una misma palabra. El Teatro convierte a la persona de auditor pasivo en actor, nunca mejor dicho, activo y participante. Tiene un verdadero poder transformador que se conoce desde la más alta antigüedad, cuando el Teatro tenía una dimensión sagrada que le otorgaba este poder.

Utilizamos habitualmente esta técnica para llevar los participantes a un cambio de comportamiento que tiene en general que ver con la Transformación Digital . Lo hacemos con una metodología en unos 6 pasos o fases que resumimos aquí.

Cuando una empresa nos da la misión de intervenir en la evolución de un público interno determinado, nos dedicamos en primer lugar a acercarnos a la cultura de la empresa, para estar más cercana a ella, integrando sus connivencias, sus hábitos particulares, sus “chascarrillos” que, al utilizarlos nosotros, crearan una complicidad divertida con los
participantes.

Luego uno o varios de nuestros actores profesionales representaran ante el grupo una serie de sainetes característicos de algunos de sus comportamientos habituales Los guiones están previamente escritos por nuestro Director de Teatro que testa o no su validez con los responsables de la empresa cliente.

Después de una etapa de discusión, los participantes deberán ellos mismos convertirse en guionistas, directores de escena, actores, escenógrafos y representar esas mismas escenas en clave evolutiva. Y es realmente sorprendente observar el nivel de integración, de ingenio y de creatividad de estos actores improvisados de los que muchas veces sus directivos nos dicen que los participantes de la formación en cuestión, no entrarían nunca es estos planes.

Esto es solo un ejemplo de las muchas intervenciones que llevamos a cabo, siempre de una manera totalmente personalizada. Y aunque el objetivo sea muchas veces facilitar un cambio importante y necesario, sorteando la trampa de la resistencia, esta forma de trabajar tiene otros muchos efectos subliminales, no menos valiosos.

Según la PNL (Programación Neurolingüística), escuela referente en todo lo que tiene que ver con técnicas avanzadas de comunicación, lo más importante para conseguir una comunicación de impacto, es la coherencia en las interacciones conversacionales. Esto quiere decir que lo que dice la boca, tiene que ser lo mismo que lo que dice el resto del cuerpo o, en otras palabras, que la comunicación verbal tiene que ser idéntica y decir lo mismo que la comunicación no verbal. Y ¿Dónde mejor trabajar esta coherencia que actuando en escenas de teatro, donde se ejercitan a la vez la dicción, el tono de voz, los gestos, el movimiento y la expresión corporal… ? ¿No creen que esto les será útil en alguna ocasión a la hora de moderar una reunión, liderar un grupo de trabajo o un equipo, hacer un comunicado o una presentación?

Por otra parte, el juego de actor disuelve la barrera entre el cerebro racional y el emocional, haciendo que la persona disponga de más recursos y habilidades, mejore su auto-estima, tome conciencia de que puede salir de su zona habitual de confort, abrir sus horizontes y pueda mostrarse proactiva y creativa en este, nuestro mundo convulso, en marcha hacia una transformación evolutiva que todos sabemos importante e ineludible.