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¿HARÁ LA IMAGEN DIGITAL DESAPARECER AL TEXTO ESCRITO? - Instituto de Gestión del Cambio
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Lector pantalla

¿HARÁ LA IMAGEN DIGITAL DESAPARECER AL TEXTO ESCRITO?

Dice un refrán, muchas veces repetido, que una imagen vale más que cien palabras, o algo así. Cierto es que frente a la imagen, nuestro cerebro reacciona como un cohete, mientras que frente a lo escrito lo hace como una locomotora de vapor. “Nuestro cuerpo reacciona y piensa más rápido con las imágenes”, explica el neuropsiquiatra Boris Cyrulnik intentando descodificar la mezcla compleja de nuestras formas de comunicar.

El discurso dominante que oímos en los medios , nos dice que la lectura y la escritura son actividades con muerte anunciada, en vía de desaparición; a prueba de ello, no hay más que observar lo que pasa en los transportes públicos: a principios de siglo la actividad principal de los viajeros era la lectura en papel. Hoy en día los pasajeros tienen el ojo pegado a la pantalla de sus smartphones, para ver videos, series, memes, plataformas como YouTube o TikTok….. pero también, en muchos casos, para leer y escribir textos o mails.

Desde la invención de la escritura, toda la historia de la humanidad está plagada de relaciones turbulentas entre el texto y la imagen. En tiempos de los faraones, el invento de jeroglíficos “modernos”, menos figurativos que los jeroglíficos “clásicos”, terminó en un tremendo enfrentamiento entre los defensores de la imagen y los del símbolo. En el siglo IX, el Imperio Bizantino estuvo ensangrentado por la “querella de la imágenes” y culminó en la destrucción de todas las estatuas, mosaicos y hasta de las maravillosas iluminaciones de los monjes copistas. Más cerca de nosotros, en la primera mitad del siglo pasado, cuando se inventó el cine y más tarde llego la televisión, los eternos pájaros de mal agüero pronosticaban la muerte de lo escrito.

Cierto es que ahora, las cosas son distintas. Gracias a Internet, nunca habían circulado tantas y tantas imágenes para distraernos, informarnos, formarnos… En nuestra era digital, los contenidos visuales deben ocupar el 90 % del tráfico móvil mundial… y sin embargo el texto escrito resiste, de hecho ¡nunca se ha escrito tanto! Todo el mundo se ha puesto a escribir en forma de mensajes, blogs, tweets, páginas de Facebook; nunca habíamos visto a los niños escribir con tanta alegría, tecleando día y noche sobre sus pantallas ante el descontento de los padres, incapaces de controlar esta bulimia de escritura.

Dice un filósofo, que en la historia reciente hemos visto varias épocas: la época de la oralidad, la época de lo escrito y ahora la época de la imagen. El error de los futuristas ha sido siempre de sobrestimar el medio innovador y de estimar a la baja la fuerza de las resistencias culturales derivadas de una modalidad anterior. En realidad nada resta sino que todo suma y se complementa: “Escribo un WhatsApp pero añado un selfie para expresar mejor una emoción”. El filósofo P. Ghrenassia se maravilla de vernos mezclar alegremente “El alfabeto y la imagen, con signos cabalísticos inspirados de jeroglíficos o de ideogramas, smileys o figuras diversas”.

Con él, gocemos pues de nuestra abundante diversidad y reivindiquemos, sin exclusión alguna, todas las formas, las de ayer y las de hoy,

“ Soy papiro, papel y pantalla de computer. Soy pictograma y alfabeto, texto e
hipertexto, manuscrito, página impresa y pantalla parpadeante”.

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